El hígado es un órgano vital que cumple muchas funciones importantes en el organismo, como la digestión, la desintoxicación, la producción de bilis y la síntesis de proteínas.
Cuando el hígado se daña por alguna enfermedad o sustancia tóxica, puede causar dolor y otros síntomas que afectan la calidad de vida.
Qué partes del cuerpo duelen cuando hay problemas en el hígado
Cuando el hígado no está funcionando correctamente, puede causar una serie de síntomas y molestias en todo el cuerpo.
Una de las principales formas en que un hígado enfermo puede manifestarse es a través del dolor en diferentes partes del cuerpo. Esto se debe a que el hígado tiene una relación estrecha con otros órganos y sistemas en el cuerpo, y cuando se ve afectado, puede causar dolor en áreas aparentemente no relacionadas.
Por ejemplo, si el hígado está inflamado o dañado, puede ejercer presión sobre la membrana que lo rodea, lo que causa dolor en la parte superior derecha del abdomen. Además, el hígado también puede afectar el sistema nervioso, lo que puede causar dolor en otras partes del cuerpo, como el hombro derecho o la espalda.
También es común que las personas con enfermedades hepáticas experimenten dolor en las articulaciones y los músculos, así como fatiga, náuseas, pérdida de apetito y otros síntomas.
Como ya mencionamos más arriba, el dolor de hígado se suele localizar en la parte superior derecha del abdomen, debajo de las costillas.
Puede ser una molestia leve o una sensación intensa y punzante que dificulta el movimiento y la respiración. A veces, el dolor se irradia hacia la espalda o el hombro derecho.
Puede estar acompañado de otros síntomas
El dolor de hígado puede estar acompañado de otros signos que indican un problema hepático, como:
Ictericia: coloración amarillenta de la piel y los ojos por el aumento de la bilirrubina en la sangre.
Orina oscura y heces pálidas: por la alteración en la eliminación de la bilirrubina y otros pigmentos biliares.
Hinchazón abdominal: por la acumulación de líquido (ascitis) debido a la hipertensión portal (aumento de la presión en las venas del hígado).
Hinchazón en las piernas y los tobillos: por la retención de líquidos y la disminución de las proteínas en la sangre.
Picazón en la piel: por el depósito de sales biliares en la piel.
Fatiga, náuseas, pérdida de apetito y peso: por el deterioro de las funciones hepáticas.
¿Cuáles son las causas?
Las causas del dolor de hígado pueden ser diversas, desde infecciones virales como la hepatitis A, B o C, hasta enfermedades autoinmunes, genéticas, metabólicas o tumorales. También puede deberse al consumo excesivo de alcohol, medicamentos, drogas o alimentos grasos.
El tratamiento del dolor de hígado depende de la causa que lo origina. En general, se recomienda seguir una dieta equilibrada, baja en grasas y rica en frutas y verduras, beber mucha agua, evitar el alcohol, el tabaco y las sustancias tóxicas, y tomar los medicamentos indicados por el médico. En algunos casos, puede ser necesario un trasplante de hígado.
El dolor de hígado es un síntoma que no debe ignorarse, ya que puede ser una señal de una enfermedad grave que compromete el funcionamiento del órgano.
Si sientes dolor de hígado persistente o recurrente, consulta con tu médico para que te realice un diagnóstico adecuado y te indique el tratamiento más apropiado.