Estudiantes de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) que meses atrás habían ganado un concurso nacional de argumentación fueron derrotados por un grupo de presos de una prisión de máxima seguridad de Nueva York.
Los tres jueces que presidieron el debate decidieron que los presos de la Correccional del Este de Nueva York, que toman cursos ofrecidos por el Bard College, presentaron mejores argumentos en el debate sobre si se debe o no permitir que inmigrantes indocumentados sean recibidos en las escuelas.
Tras la derrota, los estudiantes de Harvard felicitaron a sus contrincantes a través de un mensaje en Facebook: “Hay pocos equipos ante los que nos sentimos tan orgullosos de haber perdido un debate como lo estamos frente al fenomenal, inteligente y articulado equipo que enfrentamos este fin de semana”.
La victoria de los presos hizo visible el esfuerzo de las directivas de universidades como el Bard College por llevar educación de calidad a las prisiones. En la actualidad, este centro educativo ofrece 60 cursos en seis prisiones de mediana y máxima seguridad.
Entre los estudiantes presos que han recibido un título del Bard College, la tasa de reincidencia criminal ha sido menor al 2%, en contraste con tasas del 40% en el resto de prisioneros.
Hace unos meses el ganador del Nobel de Economía Joseph Stiglitz recordaba que “Estados Unidos gasta US$260.000 millones cada año en justicia criminal. Esto es más que un cuarto del déficit nacional. Un año en prisión puede costar más que un año en Harvard. No es un hito del bienestar económico y social”. Al menos este grupo de presos de Nueva York demostró a su manera que aún tras las rejas se pueden lograr conquistas académicas.
