POR GASPAR HERNANDEZ CAAMAÑO
MI PADRE
Hoy he soñado con mi padre.
Difunto.
Lo volví a ver.
No lo recuerdo
Porque lo llevo en mi.
Cuando me veo en el espejo, cada mañana,
luego del afeitado, lo veo a El.
Sereno, duro, callado.
Y solo puedo decirme:
Soy su hijo.
Claro que lo recuerdo.
Y debo confesarlo.
Me gustaba
contemplarle sus manos de albañil.
grandes, Fuertes. Callosas.
Y me gustaba verlo tomarse un whisky
con hielo en la terraza que El construyo con esas manos
de camellador eterno.
Nunca dijo no
al trabajo.
solo cuando estaba enfermo, incapacitado.
El hombre vivió para el trabajo.
Ladrillo a ladrillo hizo una familia.
El otro dia mi hermana, arquitecta ella, para mas seña,
Tomando mi cabeza en sus manos me dijo: » ¡Te pareces a mi papa!».
Quisiera yo ser como El.
tener sus manos de gladiador.
Y tener sus cojones de
edificar edificios en los aires,
de la nada.
Solo con las ganas de construir.
De El conservo
eternamente su apellido Hernandez,
Y su frente sin sombrero.
Mi padre vive en mi
Y hoy lo soñé.
Como aquella tarde
en que se tomo un whisky,
porque su hijo mayor
le llevo el diploma de
magister en Educación.
El no hablo
pero lloro.
Fue mi padre ese señor.