Por Gaspar Hernández Caamaño
Como a la uniatlántico le “raponearon” su inmueble.
Durante mis años de estudiante de pregrados, Educación y Derecho, en la sede de “Veinte de Julio” de la Universidad del Atlántico, fui habitante diurno y nocturno de los amplios y altos salones del edificio donde funcionó, hasta inicios de la década de los años 70s del siglo xx, el colegio Barranquilla para varones, ubicado en la carrera progreso (41) con calle Bolivia (51), esquina. Esa es una edificación de la vieja Barranquilla, cuyo patrimonio arquitectónico no sabemos apreciar y menos conservar. Somos una ciudad fenicia: sin memoria.
Lo volví a habitar cuando fui Decano de la Facultad de Derecho, pues en esas recordadas instalaciones -sobre progreso-, funcionaron el consultorio jurídico y el centro de conciliación de la Universidad del Atlántico. Y una vez a la semana “trasladaba” la Decanatura a esas oficinas de servicios universitarios de extensión social, para atender personalmente a estudiantes, docentes y comunidad en general.
He recordado mis pasos “vagabundos” por ese edificio del barrio rosario, donde eduque el cuerpo y el espíritu en mis estudios y trabajos universitarios, ahora que las noticias sobre su destino no son gratas, ya que después de tanta politiquería y memoria nostálgica de ex-alumnos del codeba, la histórica construcción naufraga como barco abandonado en un puerto de olvido. Y decidí volver a los archivos de la década en que laboré como directivo de uniatlántico, 2007 a 2016, para contar, desde esos recuerdos, esta TRISTE HISTORIA de miserias personales, fundado en documentos públicos y en la memoria siempre joven del universitario que soy.
He aquí, Damas y Caballeros, esta historia de olvidos, silencios y omisiones.
¿Por qué le “raponearon” a uniatlántico el inmueble del antiguo colegio Barranquilla?
Proemio. No soy escritor inocente. Cuando lo hago -“no soy escritor de libros, sino lector de libros”, Wody Allen-, sé por qué escribo. Así que sé el significado del verbo raponear, que no es otro que asaltar a mano armada. Es decir, raponear es robar. Precisado el concepto, paso entonces a contar, a mi manera, la historia del “ROBO”.
El determinador del asalto. No dudo, ni un instante, en afirmar (“bajo la gravedad del juramento”) que el autor y/o determinador de ese asalto al patrimonio de la universidad del atlantico es el, dos veces, Ex-Gobernador del Departamento, Sr. Eduardo Verano de la Rosa, cuya aspiración presidencial naufragó en las primeras brisas de Diciembre. “en diciembre llegan las brisas”, Marvel Moreno. ¿Verdad? Y se llevan todo en la rueda de la cumbia.
Origen del asalto. Verano, en un discurso de su primera campaña para la Gobernación, pronunciado en el Salón Magdalena – hoy “Amilkar Guido”-, del bloque D de la Ciudadela Universitaria, manifestó que:
“Que su primer acto de gobierno como gobernador sería “botar” de la rectoria de la universidad del atlántico a la paisa“.
Fue su “bandera” para “pajarrillar” su triste y malogrado cuento político de la república del caribe. Ahí, en esa inquina regionalista –costeños vs cachacos– se engendró el asalto.
La paisa en la rectoría. El Gobernador Verano se posesionó, 2009, estando como rectora encargada de la Universidad del Atlántico, desde el 2006, la Ingeniera antioqueña, Ana Sofía Mesa de Cuervo que, en el 2007, propuso la modificación del Estatuto General de la Universidad para definir su naturaleza jurídica como “ente universitario autónomo“(art.69 constitucional) y no “establecimiento público“, como estaba constituida. Y adelantó una campaña jurídica (aplicación de la Ley 550/1999) para recuperar financieramente al ente universitario que, para el 2006, estaba arruinado y al borde del cierre.
La rectora “paisa”, como la bautizaron, adelantaba, cuando Verano asistía a las sesiones del Consejo Superior Universitario, que presidía como Gobernador, acciones de cobro administrativos y judiciales contra el departamento por la no devolución correcta de los ingresos históricos de la contribución “estampilla pro-ciudadela universitaria del atlántico“. Dineros públicos pertenecientes a la Universidad, como ente autónomo, pero que recauda y maneja, a su manera, el Departamento. (Esa es otra triste historia). EL fundamento jurídico de esas acciones de cobro fue un concepto de la sala de consultas del consejo de estado que permitía cobrar esa histórica deuda, además con INTERESES.
Ni los anteriores rectores a “la paisa“, ni los posteriores, se han atrevido a cobrar y manejar, universitariamente, esos recaudos de la estampilla pro-ciudadela universitaria. ¿Razón? Es más cómodo ser “epígono” del gobernador de turno, que rector autónomo.
LO ADVERTIDO ANTE EL SUPERIOR GENERÓ EL RUMOR “MAMERTO”, PARA MÍ, QUE LA UNIVERSIDAD VENDERÍA TODA LA SEDE CENTRO, INCLUYENDO EL COLEGIO DE BARRANQUILLA, PARA QUE ALLÍ SE CONSTRUYERA UNA NUEVA SUPER-TIENDA OLIMPICA. ESE CHISME HIZO CARRERA. Y VERANO, GOBERNADOR ENTONCES, ORDENÓ EL RAPONEO DE ESA, TAMBIÉN HISTÓRICA PROPIEDAD DE LA UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO, SIN DOLIENTES LOCALES
Esa autonomía de “la paisa” nunca fue del agrado del “pseudo-autonomísta” Verano, quien fracasó en “botarla” de la rectoría (durante su primera gobernación, la ingeniera Mesa fue designada rectora titular). Y, entonces, el Gobernador Verano se inventó la “maroma” de la recuperación para el departamento del atlántico del inmueble donde funcionó, en el siglo pasado, el colegio Barranquilla para varones. ¡Observan el entrompe!.
el predio del codeba. El lote donde se edificó, con arquitectura republicana, el primer colegio público de bachillerato de Barranquilla, fue donado al Departamento del Atlántico por la familia del filántropo José Francisco Insignares Sierra, quien fuese Gobernador. Es un lote de 7.300 metros cuadrados, ubicado en la esquina de la Cra 41 con calle 51.
La donación consta en la Escritura Pública No. 1177, protocolizada en la Notaria Segunda. El inmueble es el de matrícula No. 040-28086 de la Oficina de Registros de Instrumentos Públicos de Barranquilla; y Registro Catastral No.010100630002000 del Instituto Geográfico Agustín Codazzi.
Del departamento a la universidad. En 1.958, el Decreto No. 0277 en su artículo 12 consagró la autonomía para las universidades oficiales departamentales. Y autorizó a los entes territoriales traspasar a esas universidades el derecho de dominio sobre inmuebles para su adecuado funcionamiento.
En cumplimiento de esa norma legal, la Asamblea Departamental del Atlántico aprobó la Ordenanza No. 38 del 5 de Diciembre de 1.958 ordenando el traspaso o donación de diez bienes a la universidad del atlántico, entre ellos el inmueble donde, para entonces, funcionaba el colegio Barranquilla para varones en una edificación organizada, según el urbanista Arq. Porfirio Ospina, ” en forma de claustro con salones que giran alrededor de un patio central y con una arquitectura ecléctica, que incluye una atalaya o torre pensada para que sirviera como observatorio astronómico, con ritmo y proporciones en sus fachadas de gran atractivo para el contexto urbano” (ver El Heraldo).
En ese contexto histórico, el artículo 6o. de la citada Ordenanza autorizó al gobernador celebrar un contrato de permuta con la universidad sobre el edificio del colegio, una vez la Universidad adquiera un edificio adecuado para el traslado y funcionamiento del CODEBA, de acuerdo a las exigencias de la Ordenanza No.27 de 1.956.
La Universidad entrega la edificación donde funcionaba el instituto industrial del atlántico, en el barrio Boston, a donde se trasladó colegio Barranquilla para varones desde 1.972, mientras la Universidad la adecua para el crecimiento de las facultades de Educación y Economía, la Escuela de Idiomas y otros servicios universitarios.
¿Y la permuta?
A pesar de asumir la posesión quieta, pacífica y con “justo título” del inmueble, hoy abandonado al silencio y al olvido, la Universidad del Atlántico ni el Departamento trámitaron el registro de la permuta de dicho bien ante la oficina de instrumentos públicos de Barranquilla, como lo ordena la Ley para esa clase de asuntos jurídicos. Permaneciendo éste como una propiedad del ente territorial. o sea, la permuta en el limbo.
Esta grave omisión administrativa, desde 1.958, la advirtió la rectora “paisa” ante el Consejo Superior Universitario en sesión del 2 de septiembre del 2.009, según consta en el Acta No. 007 de ese año. Dicha sesión estuvo presidida por el Gobernador de entonces, Eduardo Verano de la Rosa, administrador de Empresas egresado de Uninorte donde ha sido directivo. Verano no es uniatlanticense. Y este no es un dato menor.
Es oportuno anotar que desde 1972 la Universidad ejercía pleno dominio sobre el inmueble con ánimo de “señor y dueño”. Y no olvido la naturaleza del mismo y la existencia de la donación y/o permuta. Por ese dominio real, la Universidad sometida a los rigores de la Ley 550 lo incluyó entre su patrimonio para extender el predio de la sede Centro de la misma. O sea, constituir un solo predio en esa manzana urbana de Barranquilla.
Un chisme “mamerto.” Al iniciar el estudio de títulos de los bienes inmuebles en cabeza de la Universidad del Atlántico, como ente universitario autónomo, se “descubrió” que el predio donado y permutado, donde funcionó hasta 1.972, el Colegio, no estaba registrado a su nombre, como no lo están otros bienes terrenales (pero esa es otra historia). Por lo que no se podía proceder a su utilización como patrimonio para responder ante acreedores sometidos al Régimen de Quiebra, en el que todavía se encuentra la Universidad desde el 2006.
Lo advertido ante el Superior generó el rumor “mamerto”, para mí, que la Universidad vendería toda la sede centro, incluyendo el colegio de barranquilla, para que allí se construyera una nueva SUPER-TIENDA OLIMPICA. Ese chisme hizo carrera. Y Verano, gobernador entonces, ordenó el raponeo de esa, también histórica propiedad de la universidad del atlántico, sin dolientes locales.
En éste punto del relato preciso que uso el vocablo “mamerto” en sentido literario. Y no ideológico, pues no es mi interés herir susceptibilidades políticas, entre mis apreciados “camaradas“, entre ellos el colega Alfonso Camerano, ilustre apoderado de la Asociación de Egresados del codeba. Sino contar una historia triste, de “OLVIDO Y SILENCIO”, como se califica en reciente crónica de El Heraldo, la situación de esa edificación donde yo también estudié, pero como alumno de la Universidad de la que soy entonces doliente.
el predio al distrito de Barranquilla. Siendo miembro del Consejo Superior de la Universidad del Atlántico, en el 2010, el Gobernador Verano de la Rosa solicitó a la Honorable Asamblea Departamental facultades pro-tempore para “expropiar” el predio que poseía, desde el siglo XX, el Alma Mater y donarlo gratuitamente al Distrito de Barranquilla. esta donación es la que llamo sin temor ni dudas raponeo.
La donación está contenida en la Ordenanza No.000106 del 13 de Diciembre del 2010, donde se concedieron facultades pro-tempore al Gobernador Verano quien, mediante Escritura No. 390 del 11 de Abril del 201, “transfiere a titulo de donación gratuita a favor del distrito especial, industrial y portuario de Barranquilla, el bien inmueble fiscal ubicado en la calle 51 no. 41-52 predio que se distingue con referencia catastral no. 01.01.0063.0002.000″.
Desde el día de la donación (raponeo a mi entender), el Distrito no ha atendido cabalmente la conservación del regalo, que solo reclaman los ex-alumnos del codeba. Y ya se cuenta más de una década, 2010 a 2021, de silencios y olvidos, mientras el edificio republicano se cae a pedazos y es presa de otra clase de “raponeo”, el famélico, por aquellos llamados “amigos de lo ajeno”.
un dato. Para cuando era Alcaldesa de Barranquilla a la actual Gobernadora del Atlántico le oí decir, al oído de la rectora “paisa” de la Universidad que:” que el distrito no tenía cinco mil millones de pesos para invertirlos en la adecuación de ese edificio“. Ha pasado el tiempo y aún el Distrito no dispone de ese “billetico”, como dice mi nieto Emilio.
¿Habrá alguna razón para no invertir en esa edificación?. Respondo. el ministerio de educación nacional, men, ha construido unos megacolegios al sur occidente de la barranquilla metropolitana, con mejor infraestructura, que los jovenes y sus padres prefieren matricularse en ellos que están situados cerca a sus casas que venirse a estudiar su bachillerato al centro de la ciudad. es más económico, pienso.
Además, me han contado, que a los estudiantes del codeba provenientes de los barrios del sur profundo, el Distrito le facilita un bus para transportarlo hasta el barrio Boston y regresarlos a sus casas.
Inquietud final. ¿Qué resultado logró el ex-gobernador Verano de la Rosa con provocar el despojo a la Universidad del Atlántico del predio donde ella desarrollaba, para el 2010, sus servicios de Educación Superior?. Nada de lo que hoy deba sentirse orgulloso. Y qué ha ganado el Distrito de Barranquilla al aceptar, a regaña dientes, el obsequio de un bien público hoy abandonado como basura?. Solo los celosos regionalista de falsos costeños engendro esa triste acción de gobierno ante la ausencia de dolientes del genuino patrimonio de la Universidad del caribe, otrora, defendido por una “cachaca”, paradoja de la vida de Rio y Mar.