Por: Javier Hernández Díaz
Cuando la politiquería invade la universidad: un llamado a la acción estudiantil.
En un contexto donde predominan los intereses personales y la politiquería, y se vota en secreto sin tener en cuenta a los estudiantes, los Consejos Superiores Universitarios de la Universidad del Atlántico, la Universidad Nacional y la Universidad Distrital imponen, ante actos de corrupción, ilegitimidad y falsedad, rectores que no cumplen con los requisitos mínimos para ocupar este cargo.
Los estudiantes debemos levantarnos con firmeza ante el atropello y la masacre de la autonomía universitaria y de la democracia misma. Es urgente retomar los debates sobre las constituyentes universitarias y la reforma integral a la Ley 30 de 1992, planteando la dignidad estudiantil como un principio fundamental que guíe todas las decisiones que impacten la educación superior y las decisiones internas de las universidades.
Este es el momento de unirnos entre las Instituciones de Educación Superior, congregándonos en torno a nuestros sueños de libertad, dignidad y democracia. Así comienza una lucha decidida por una constituyente universitaria, un camino para construir desde abajo una verdadera transformación del sistema universitario, donde la voz estudiantil sea la que dirija las decisiones y se proteja la autonomía con transparencia y justicia.
Los jóvenes estamos llamados a asumir este relevo con fuerza y convicción. No solo para defender nuestros diplomas, sino para reivindicar un modelo educativo que respete a quienes lo habitan. La pregunta queda en el aire: ¿Se activará el movimiento estudiantil nacional para cambiar el rumbo y convertir la voz de las comunidades académicas en acción concreta?
Nota editorial
Este texto corresponde a una columna de opinión firmada por su autor.
