Entre la Ficción y la Realidad: Desmontando Mitos Sobre la Izquierda y la Historia Latinoamericana

Por: JIBS

Este no es un artículo para defender o atacar una corriente política. Es un llamado a pensar, cuestionar y analizar más allá de las etiquetas ideológicas. Porque si algo ha hecho daño en América Latina es la tendencia a ver la política en blanco y negro, ignorando los matices que realmente explican nuestra historia.

Hace poco, leí un artículo que intenta trazar un paralelismo entre la izquierda latinoamericana, la dictadura, la literatura y la figura del presidente Gustavo Petro, todo envuelto en una narrativa que más parece un intento de novela política que un análisis serio de la realidad.

Pero la historia no es una obra de ficción.

«El mito de la izquierda como incubadora de dictadores»

Es cierto que en Latinoamérica ha habido dictadores de izquierda. Pero también es cierto que las dictaduras más brutales de la región han sido de derecha, muchas de ellas sostenidas por potencias extranjeras.

Si vamos a hacer un ejercicio de memoria, recordemos el Plan Cóndor, en el que dictaduras de Argentina, Chile, Uruguay, Brasil y Paraguay—todas de derecha—se coordinaron para exterminar a la oposición. O recordemos que en Colombia, sin necesidad de dictadores formales, la violencia política ha sido históricamente ejercida por élites conservadoras que criminalizaron cualquier alternativa diferente a su modelo de país.

Reducir la historia a un problema exclusivo de la izquierda es, en el mejor de los casos, ignorancia selectiva.

«La literatura es poderosa, pero no es historia»

El artículo que leí citaba novelas de Asturias, García Márquez y Vargas Llosa como “pruebas” del carácter dictatorial de la política latinoamericana. Pero la literatura, aunque retrata realidades, no puede ser usada como evidencia histórica.

Es como decir que porque Shakespeare escribió Macbeth, todas las monarquías europeas fueron lideradas por reyes paranoicos que hablaban con fantasmas. La literatura crea personajes arquetípicos, no análisis de coyuntura.

«Petro y el fantasma de Aureliano Buendía»

Comparar a Gustavo Petro con Aureliano Buendía es, además de literario, una simplificación burda. Petro no es un caudillo militarista ni un personaje trágico atrapado en un destino inexorable. Es un político con una trayectoria particular, con aciertos y errores, con una visión que puede ser debatida, pero que fue elegida en democracia.

Y eso es lo que más molesta a ciertos sectores: que haya llegado al poder a través del voto y no por la imposición. Que, a diferencia de los dictadores de derecha o izquierda que han plagado la historia de la región, Petro representa un fenómeno político que incomoda porque desafía el statu quo sin haber tenido que recurrir a golpes de Estado o pactos con las élites tradicionales.

«Más realidad, menos fantasía»

Si hay algo que la historia latinoamericana nos ha enseñado es que los extremos son malos, sin importar su color ideológico. La izquierda no es inherentemente dictatorial, como tampoco la derecha es inherentemente democrática. Ambas han tenido sus luces y sus sombras.

Lo que necesitamos no es seguir repitiendo mitos convenientes, sino analizar la política con cabeza fría, sin caricaturas y sin discursos prefabricados.

«Es hora de más realidad y menos ficción».

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