Por: Rosa Castillo
En los últimos días, algunos consejeros del Consejo Superior han intentado argumentar que el rector Danilo Hernández habría obtenido más votos “en contra” que a favor, sosteniendo que, al sumar los votos de los demás candidatos, el total alcanzaría cerca de 11.000 sufragios. Según ellos, esto reflejaría un supuesto rechazo a su continuidad. Sin embargo, este razonamiento es tan forzado como incoherente: si se aplicara la misma lógica, el candidato que hoy algunos pretenden imponer por conveniencia política (Leyton Barrios) acumularía más de 16.500 votos en contra, lo que lo dejaría sin ninguna legitimidad real.
El representante de los egresados, Abraham Scoll, en su afán por defender a Leyton Barrios Torres, quien ha sido señalado por distintos medios como el “ungido de Fuad y Alejandro Char”, incurre en un error lógico y ético. Si seguimos su propio razonamiento, Barrios sería el candidato menos indicado para representar la voluntad universitaria, ya que ocupó el cuarto lugar en la consulta estudiantil, con una votación que no alcanza a reflejar respaldo alguno entre estudiantes y docentes.
Resulta paradójico que se intenten justificar decisiones políticas con argumentos tan endebles desde el punto de vista matemático y democrático, mientras se desconoce el mandato mayoritario de la comunidad universitaria.
En una entrevista reciente, el alcalde de Barranquilla afirmó que “Colombia quisiera estar como Barranquilla”. Sin embargo, hoy circulan denuncias sobre una posible crisis financiera en la alcaldía. Si esa es la referencia de gestión que se pretende imponer, habría que preguntarse:
¿Queremos una Universidad del Atlántico “como Barranquilla”? ¿Quebrada y al servicio de intereses políticos?
La comunidad universitaria ya habló con claridad. Lo que corresponde ahora es respetar su voluntad, no distorsionarla con falacias convenientes.
