Por Jaime Ivan Borrero Samper
La Universidad del Atlántico ilumina… porque al fin se ve la verdad
En Colombia, la celebración de las velitas tiene un encanto propio: hay quienes las encienden en la noche del 7 de diciembre para recibir la fiesta con el primer destello, y hay quienes esperan la madrugada del 8, día dedicado a la Virgen de la Inmaculada Concepción.
El resultado es el mismo: El país entero se ilumina entre faroles, oraciones, música y el deseo compartido de claridad para el camino que viene.
Pero mientras miles de familias elevaban sus peticiones con la llama tranquila de una velita encendida, en la Universidad del Atlántico algunas luces se prendían por razones menos espirituales y mucho más terrenales: la verdad, esa que no pide permiso y que alumbra incluso donde no la invitan, empezó a disipar la penumbra institucional.
«🕯️ La velita de Cancino: la del susto elegante»
El abogado Cancino apareció en la nota de El Heraldo con una velita blanca, no para celebrar la tradición, sino para espantar la medida cautelar que estudia el Tribunal Administrativo del Atlántico.
Allí advirtió:
“Si revocan o suspenden, iniciaremos acciones legales… porque la elección fue absolutamente legal”.
Pero su mensaje tenía un destinatario evidente: El Magistrado Óscar Wilches Donado, quien debe decidir si suspende o no el acto de designación del señor Leyton Barrios.
Lo que Cancino sopla como advertencia, el Tribunal ya lo conoce como evidencia:
la Universidad de Salamanca certificó que los documentos aportados por Leyton eran falsos.
Y ante eso, no hay vela que oscurezca la realidad.
«🕯️ La velita del litigio múltiple: la verdad que llegó por varios caminos«
Y aquí conviene aclarar algo que algunos prefieren dejar en penumbra:
No existe una sola demanda de nulidad electoral contra la designación de Leyton Barrios, son varias, todas activas, todas tramitándose en el Tribunal Administrativo del Atlántico, todas apuntando al mismo problema: el acto nació viciado.
Pero entre ellas hay una que ilumina con especial fuerza: la presentada por el propio gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa, y que hoy se estudia en el despacho del Magistrado Óscar Wilches Donado, precisamente el mismo a quien Cancino parece “dirigirse” cuando advierte acciones legales.
No es coincidencia.
No es retórica.
No es ruido.
Es en ese despacho donde convergen: la falsedad documentada por Salamanca, las contradicciones de la Americana, la ruptura del principio de moralidad administrativa, y la responsabilidad institucional de un proceso rectoral que perdió el rumbo.
El Tribunal no enfrenta una queja aislada, enfrenta un coro jurídico entero recordando que la luz de la legalidad no se apaga con discursos.
«🕯️ La velita de Leyton: la que no alcanza para alumbrar la verdad»
En esta fecha en la que miles buscan luz para guiar sus caminos, el caso de Leyton Barrios demuestra que hay sombras que ni la vela más intensa logra disipar.
La Universidad de Salamanca fue categórica: no tuvo vínculo académico, ni docente, ni contractual y declara, que la certificación presentada por el señor Leyton Barrios es FALSA.
La experiencia presentada ante el Consejo Superior se desvaneció como humo ante la primera llama que la tocó.
La Universidad Americana añadió penumbra con certificaciones contradictorias que dejaron expuesta una verdad incómoda: lo que se presentó como trayectoria profesional simplemente no existe.
Y el derecho no se deja engañar por adornos decembrinos.
El artículo 5 de la Ley 190 de 1995 establece que cuando se oculta información o se aportan documentos falsos, el acto administrativo debe caer, porque lo ilícito no crea derechos.
La velita de Leyton, lejos de iluminar un camino, terminó proyectando la silueta de un acto nacido sin soporte, sin verdad y sin legalidad.
No es cuestión de fe. Es cuestión de derecho.
«🕯️ La velita de Verano: la del equilibrio político»
En la Gobernación también se encendió una velita: la de la prudencia.
El gobernador Eduardo Verano intenta equilibrar la presión pública, la responsabilidad institucional y el ruido jurídico que crece cada día.
Su velita busca paz en diciembre…pero la institucionalidad exige luz, no silencio.
«🕯️ La velita del Movimiento Estudiantil: la que nunca se apaga«
Si alguien sabe de velas que iluminan, son los estudiantes.
Pero ellos no encienden una: encienden miles.
El paro que hoy sacude la universidad no nació de un capricho, sino del cansancio: Cansancio ante la improvisación, ante las irregularidades, ante la falta de rumbo y la ausencia de respuestas.
La luz del movimiento estudiantil, resistencia pura, alumbra más que cualquier comunicado institucional.
No se apaga con amenazas.
No se apaga con silencios.
«🕯️ La velita del MEN: la luz de la vigilancia»
El Ministerio de Educación Nacional sostiene una vela delicada: La que equilibra la autonomía universitaria con la obligación de vigilar y garantizar la legalidad.
En esta coyuntura, su luz debe ser clara:
la universidad más grande del Caribe no puede quedar atrapada en un acto viciado, ni en discursos ambiguos.
La autonomía no es excusa para la impunidad.
Nunca lo ha sido.
«🕯️ La velita de los Sindicatos: la de la dignidad pública»
Mientras algunos compran pólvora, los sindicatos compran argumentos.
Y explotan igual… pero con fundamento jurídico.
SINTRADEUA , ASPU, SINTRAPROVUA, ASEES, ADT, ASODOCUA y otros sectores de la comunidad académica han sostenido la vela más noble: La de la defensa de lo público, la de la transparencia, la de no permitir que la mentira se normalice como práctica institucional.
Es una luz incómoda para quien prefiere la sombra, pero necesaria para quien cree en la universidad como bien común.
«🕯️ La velita del Tribunal: la única que no se puede apagar»
El Magistrado Wilches Donado tiene ante sí una decisión histórica.
No con un bando, no con un actor político, no con un sindicato, sino con la justicia misma.
La medida cautelar será la primera prueba de fuego de esta Navidad universitaria.
Una señal de si la luz puede más que las presiones, de si la independencia judicial permanece intacta en el Atlántico, de si la justicia puede brillar donde muchos intentan apagarla.
🕯️ La luz no miente
Hoy, cuando el país celebra a la Virgen y enciende sus velitas , ya sea en la noche del 7 o en la madrugada del 8, cada quien prende la suya:
Cancino, la del susto.
Leyton, la de la sombra.
Verano, la de la prudencia.
Los estudiantes, la de la resistencia.
El MEN, la de la vigilancia.
Los sindicatos, la de la dignidad.
La ciudadanía, la de la esperanza.
Pero hay una que no se apaga ni se sopla: la velita de la verdad.
