Por Jaime Ivan Borrero Samper
(Una historia de humor negro universitario)
En una universidad muy parecida a la nuestra, tan parecida que hasta los pasillos suenan igual, apareció un video.
Unos actores sonrientes, con tono de sabiduría popular, explicaban que “el aspirante cumple con todo”.
“Que si tiene maestría, que si es docente, que si es directivo, que si hasta es buena gente”.
Un video digno de TikTok, pero no de una universidad pública.
Y claro, lo que no dicen los narradores es cómo cumplió.
Porque en esa universidad tan parecida a la nuestra, el aspirante presentó una certificación laboral que, catorce días después, fue desmentida por la propia funcionaria que la había firmado.
Y como si fuera poco, ante el evidente choque entre ambas versiones, la misma institución fue consultada para aclarar la contradicción, y en su respuesta final confesó algo todavía más revelador: que el mencionado aspirante no trabajaba allí, solo ayudaba de vez en cuando como conferencista o invitado ocasional.
Pero tranquilos, que el video no lo cuenta así.
El video te dice que “cumple”.
Y uno termina riéndose, porque es como ver al estudiante que entrega un examen copiado diciendo:
“Profe, igual las respuestas están bien, ¿no?”
🎬 Primera escena: la farsa
Mientras el grupo encargado de revisar las hojas de vida hojeaba papeles, alguien decidió mirar para otro lado.
El guion decía: “No pregunten mucho, que se nos cae el protagonista”.
Y así fue como se validó una experiencia docente que, con el paso de los días, se desmoronó sola entre retractaciones y aclaraciones.
🎭 Segunda escena: el acto final
Cuando algunos ciudadanos pidieron que se detuviera la función para revisar lo que se estaba haciendo mal, los de arriba decidieron algo digno de Macondo: “Primero elegimos, después miramos qué pasó”.
Y lo hicieron.
Eligieron. Posesionaron. Y grabaron el aplauso.
Pero hay un pequeño detalle: todo eso se hizo mientras la actuación estaba legalmente en pausa.
Eso, en derecho, se llama fraude procesal.
Y cuando varios lo hacen sabiendo lo que hacen, el libreto cambia de nombre: concierto para delinquir.
🧩 La moraleja del video que no quieren que entiendas
El problema no es si el aspirante “cumple” o no.
El problema es que cumplir con trampa no cuenta.
Porque en la vida, y más en una universidad pública, el mérito no se falsifica, se demuestra.
Así que mientras ellos hacen videos para distraer, nosotros hacemos memoria para enseñar. Y la lección es simple: Quien llega al poder engañando, gobierna mintiendo.
Y quien se ríe del dolo hoy, terminará explicándolo mañana en la Fiscalía.
🎓 Epílogo
Si algún día hacen una película sobre esta historia, que la titulen “El rector que aprobó su propio examen”.
Y que la estrenen en el teatro de la universidad, para que todos recordemos que la comedia deja de ser graciosa cuando el fraude se vuelve rectoría.
