La Autonomía Universitaria No Se Toca: En Defensa de la Universidad del Atlántico

Por JIBS

Desde SINTRADEUA, levantamos una voz firme, clara y argumentada frente a los intentos de ciertos sectores por deslegitimar los procesos democráticos de la Universidad del Atlántico y solicitar una intervención del Gobierno Nacional sin fundamento alguno.

Queremos dejar claro, desde la serenidad y el compromiso institucional, que:

1. La autonomía universitaria es un principio constitucional

La Constitución Política de Colombia, en su artículo 69, establece que las universidades gozan de autonomía universitaria, lo que les permite darse sus directivas, establecer sus estatutos y manejar su funcionamiento sin injerencias externas indebidas. Esta autonomía no es un privilegio aislado: es una garantía para la libertad de pensamiento, la diversidad académica y la construcción crítica del conocimiento. Pretender desconocer al Consejo Superior Universitario –máxima autoridad en las universidades públicas– sería atentar contra la columna vertebral de la vida universitaria.

2. El Estado ya participa en los órganos de gobierno

El Consejo Superior Universitario de la Universidad del Atlántico cuenta con la participación del Ministerio de Educación Nacional y de la Presidencia de la República a través de sus delegados. Por lo tanto, cualquier preocupación legítima ya tiene un canal institucional para ser discutida. No se puede alegar vacío de representación estatal cuando el gobierno tiene asiento y voz dentro del máximo órgano de dirección universitaria.

3. El Ministerio de Educación tiene funciones de inspección y vigilancia, no de intervención arbitraria

Solo en casos extremos y probados –como corrupción sistemática, violaciones graves a los derechos fundamentales o deterioro grave de la calidad educativa– puede hablarse de intervención. Nada de esto ha ocurrido en la Universidad del Atlántico. Por el contrario, vivimos un periodo de estabilidad institucional, con avances tangibles en calidad académica, acreditación de programas, fortalecimiento de la investigación y procesos participativos. Hoy más que nunca, debe respetarse y blindarse este camino de consolidación.

4. Los señalamientos irresponsables ponen en riesgo vidas y destruyen instituciones

El uso ligero del término “paramilitar” para atacar a quienes piensan diferente o ejercen funciones directivas no solo es una falta de responsabilidad histórica: es una amenaza directa a la vida, la dignidad y la seguridad de las personas. Nuestra universidad vivió épocas de horror marcadas por el estigma, el odio y la violencia. No podemos permitir que ese ciclo se repita con la complicidad del silencio. La crítica es válida; la difamación no.

5. La verdadera defensa de lo público pasa por respetar la institucionalidad

Defender lo público no puede ser excusa para desestabilizar lo que se construye con esfuerzo. La Universidad del Atlántico ha venido fortaleciendo sus canales de participación, sus procesos académicos y su gobernabilidad. Las diferencias deben resolverse con argumentos, en los espacios legítimos, y no mediante el caos o la presión mediática.

Desde SINTRADEUA reafirmamos nuestro compromiso con la defensa de la autonomía, la democracia y la estabilidad institucional de la Universidad del Atlántico.

Llamamos a toda la comunidad universitaria, a sus estudiantes, trabajadores, docentes y egresados, a cerrar filas con argumentos y convicción frente a cualquier intento de intervención injustificada. Esta universidad la hemos construido entre todos. Y entre todos la vamos a defender.

¡La autonomía no se negocia!La Universidad del Atlántico se respeta.

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