Por Jaime Iván Borrero Samper
Presidente de SINTRADEUA
El reloj electoral ha comenzado a marcar el pulso de lo que será uno de los momentos más importantes en la historia reciente de la Universidad del Atlántico: la elección de rector para el período 2025-2028. Y en este nuevo escenario, como comunidad universitaria, nos corresponde más que votar: nos corresponde decidir si avanzamos o retrocedemos. Si damos un salto hacia el abismo de la improvisación y el caos, o si reafirmamos el rumbo que con esfuerzo, lucha y transformación hemos trazado.
Hoy, con absoluta convicción y sin rodeos, expreso mi respaldo total y directo a la reelección del doctor Danilo Hernández como rector de nuestra Universidad.
No lo hago desde el aplauso ciego ni desde el interés mezquino que tanto daño le ha hecho a esta institución. Lo hago desde la reflexión crítica, desde los hechos concretos y desde la voz legítima de los trabajadores, profesores y estudiantes que han vivido, desde adentro, el antes y el después de esta administración.
Porque Danilo no es simplemente un nombre en un tarjetón. Danilo representa un proceso, un proyecto universitario que ha devuelto la dignidad a sus estudiantes, la estabilidad a sus docentes, y el reconocimiento a sus trabajadores. Bajo su liderazgo, la Universidad del Atlántico dejó de ser titular por escándalos y pasó a ser referencia por sus logros académicos, financieros y administrativos.
¿Falta camino por recorrer? Claro que sí. Ninguna obra transformadora se termina en cuatro años. Por eso hablamos de reelección, no como capricho, sino como necesidad histórica. Porque retroceder hoy sería desbaratar lo avanzado. Sería entregar en bandeja la Universidad a quienes la vieron siempre como un botín y no como un templo del saber.
El calendario electoral ya está en marcha. Y a partir del 2 de octubre, estudiantes y profesores de carrera tienen una cita con la historia. Será su voto el que envíe un mensaje claro al Consejo Superior: la Universidad del Atlántico no está dispuesta a desandar lo andado.
Desde el movimiento sindical, desde SINTRADEUA, hemos sido críticos cuando ha hecho falta y aliados cuando se ha requerido. Y hoy, sin titubeos, decimos: Danilo debe continuar. Porque aún falta consolidar la autonomía, fortalecer la investigación, dignificar más nuestra infraestructura y blindar a la Universidad de los clanes politiqueros que siguen merodeando por sus puertas.
Este no es un artículo para convencer a quienes viven del odio y la calumnia. Es un llamado a la conciencia de los estudiantes, de los profesores honestos, de los trabajadores comprometidos y de toda la comunidad que ha vivido en carne propia lo que significa tener una rectoría con dirección, con criterio y con sentido de universidad pública.
Que no nos confundan con discursos rimbombantes ni promesas vacías. El cambio real no se grita, se construye. Y Danilo lo ha venido construyendo con hechos, no con discursos.
La Universidad del Atlántico no puede volver a ser escenario del desastre. Hoy más que nunca, la defensa del proyecto de universidad pública pasa por defender la continuidad del rector Danilo Hernández.
La historia nos está mirando.