Rectoría bajo la lupa: Entrega II: Wilson Quimbayo, la ficha de Benedetti disfrazada de izquierda

Por: Jaime Ivan Borrero Samper.

En vísperas de la consulta universitaria, resulta indispensable analizar a fondo a quienes aspiran a dirigir la Universidad del Atlántico. Más allá de los discursos y los apoyos de ocasión, lo que está en juego es el futuro de nuestra Alma Mater. Esta serie busca desnudar los intereses y contradicciones que rodean a cada candidato.

En los pasillos de la Universidad del Atlántico se repite un relato que suena atractivo: la candidatura de Wilson Quimbayo como un proyecto progresista, respaldado por sectores de izquierda, casi como una extensión del Pacto Histórico dentro de la academia. Pero basta rascar un poco para descubrir la verdad: Quimbayo no es el candidato del Pacto Histórico ni de la izquierda universitaria. Es, simple y llanamente, la apuesta política de Armando Benedetti.

Y aquí comienza la gran incoherencia. Porque Benedetti podrá ser muchas cosas —astuto, experimentado, hábil en las movidas del poder—, pero lo que no es ni ha sido nunca es un representante de la izquierda. Su carrera lo muestra: liberal de cepa, uribista cuando le convino, santista cuando lo necesitó y ahora aliado del petrismo, más por cálculo político que por convicción ideológica. Benedetti representa la clase política tradicional, esa misma contra la que la izquierda dice luchar.

«¿Dónde queda el discurso progresista?»

La pregunta que debemos hacernos es simple: ¿qué queda del discurso ético y moral de quienes se presentan como guardianes del cambio, si hoy se pliegan a una candidatura apadrinada por la vieja política?

Es un contrasentido que sectores que atacan con fuerza los clanes tradicionales del Atlántico, callen o justifiquen cuando el padrino se llama Benedetti. ¿Acaso un candidato respaldado por Benedetti es distinto a uno respaldado por los Char? ¿Cuál es la diferencia entre el clientelismo de unos y las movidas burocráticas de otros? Ninguna.

«El olvido a Dalin Miranda»

Todavía más doloroso resulta ver cómo se dejó de lado a figuras auténticamente ligadas a la izquierda universitaria, como el decano de Ciencias Humanas, Dalin Miranda, un académico con trayectoria, compromiso y raíces en los movimientos progresistas. Ese nombre, que representa el pensamiento crítico y la lucha social, fue ignorado por los mismos que ahora aplauden a Quinbayo.

La conclusión es clara: prefirieron un candidato con padrino político antes que respaldar a un académico genuino.

«La incoherencia como estrategia»

Hoy nos quieren vender a Quimbayo como progresista, pero lo cierto es que detrás no hay más que el cálculo de un sector político que usa la máscara de la izquierda para posicionar a un hombre de su confianza. Si aceptamos esto sin cuestionar, entonces habremos renunciado a toda coherencia.

«Reflexión final»

La Universidad del Atlántico no puede ser el botín de quienes dicen una cosa y hacen otra. Wilson Quimbayo es la ficha de Benedetti, no la de la izquierda. Si este proyecto prospera bajo el disfraz del progresismo, ¿qué nos diferenciará de aquellos clanes y maquinarias que tanto criticamos?

El futuro de la Universidad no puede construirse sobre la incoherencia ni sobre los cálculos de la clase política tradicional.

Este es el segundo análisis de nuestra serie Rectoría bajo la lupa. Mañana abordaremos la candidatura de Álvaro González, para seguir entregando a la comunidad universitaria una visión clara y sin maquillajes de quienes buscan dirigir el destino de la Universidad del Atlántico.

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