Por: Jaime Ivan Borrero Samper
La reciente publicación del ranking nacional de universidades públicas ha confirmado lo que la comunidad académica ya percibía: la Universidad del Atlántico está entre las 10 mejores instituciones del país, ocupando un lugar de privilegio que la consolida como referente de calidad, investigación y transformación social en la región Caribe y en Colombia.
Este logro no es casualidad. Responde a un proceso de maduración institucional que ha venido consolidándose en los últimos años, bajo la dirección del rector Danilo Hernández Rodríguez, quien hoy se postula nuevamente para seguir liderando la institución.
Los resultados hablan por sí solos.
En cuatro años, la Universidad del Atlántico ha avanzado en estabilidad y gobernabilidad, en la modernización de la infraestructura, la ampliación de programas de bienestar, la proyección internacional y la calidad académica. Estos avances son la razón por la cual hoy la Uniatlántico escala posiciones en los listados nacionales, siendo reconocida por su compromiso con la excelencia y la investigación.
Como lo expresó el propio rector en su carta abierta dirigida al profesorado:
“Hemos logrado avances en estabilidad y gobernabilidad… pero aún persisten retos y riesgos que ponen en juego la consolidación de este proceso de maduración institucional”.
El mensaje es claro: lo que está en juego no es solo una rectoría, sino la continuidad de un proyecto que ya está dando resultados visibles.
Liderazgo con vocación académica.
De todos los candidatos a la rectoría, Danilo Hernández es el único que combina la experiencia de la gestión con la dignidad de ser profesor de carrera. Su recorrido, desde las aulas como docente hasta la administración universitaria, le otorga un vínculo real con la academia y una visión compartida con quienes hacen vida en la institución.
Esa vocación se refleja en su compromiso con los estudiantes, a quienes no ve únicamente como receptores de conocimiento, sino como aliados en el debate universitario. Lo mismo ocurre con los profesores: bajo su administración, se han fortalecido las condiciones de bienestar docente, la investigación, la divulgación y la internacionalización.
La importancia de la continuidad.
El ranking de RCN y Col-Sapiens confirma que la Universidad del Atlántico va por buen camino. Sin embargo, como bien advierte Hernández, aún existen desafíos: mejorar las condiciones de los profesores, modernizar la organización académica, avanzar en internacionalización y consolidar procesos de formalización laboral.
Interrumpir este proceso sería un retroceso. La Universidad necesita un liderazgo que sepa ejecutar y hacer que las cosas sucedan, como lo ha demostrado Danilo Hernández.
Un futuro que incluye a todos.
La Uniatlántico no solo forma profesionales: impacta la vida de miles de familias, impulsa la economía regional y aporta al desarrollo científico y cultural del país. Estar entre las mejores universidades públicas es motivo de orgullo, pero también un llamado a seguir avanzando.
El camino está trazado. Con continuidad, estabilidad y liderazgo, la Universidad del Atlántico puede consolidarse aún más como el faro académico del Caribe y de Colombia.