En defensa de la autonomía universitaria y del respeto a la democracia en la Universidad del Atlántico

Por: JIBS

En las últimas horas han circulado una serie de videos que intentan, sin éxito, construir un relato falso sobre la situación actual de la Universidad del Atlántico. Quienes los protagonizan apelan a un tono incendiario, pero detrás de sus palabras hay vacío, manipulación y una agenda clara: desestabilizar la institución desde dentro, mediante la mentira y el caos.

No solo acusan sin pruebas, sino que recurren a una narrativa desgastada en la que todo aquel que no se someta a sus intereses termina señalado como “paramilitar” o como parte de una supuesta estructura ilegal. Lo que pretenden es silenciar cualquier voz disidente y confundir a la comunidad universitaria con el mismo libreto de siempre: el del enemigo invisible, el complot fantasioso y la lucha eterna contra fantasmas que solo ellos ven.

Pero esta vez no les va a funcionar. Porque la Universidad del Atlántico ha cambiado. Desde que Danilo Hernández asumió la rectoría, la universidad no ha vivido ni un solo episodio de tropel, ni un solo intento de desestabilización académica, ni una sola acción violenta. Eso les molesta. Les incomoda que hoy exista un gobierno universitario que prioriza el debate con argumentos, que respeta la diversidad de pensamiento y que no les da espacio a las prácticas de chantaje, sabotaje o manipulación.

Los discursos que hoy pretenden sembrar miedo son, en el fondo, el grito desesperado de quienes perdieron privilegios. Porque ya no pueden imponer sus decisiones con capuchas ni con intimidaciones. Porque ya no les funciona la estrategia de victimizarse para después controlar. Porque ya no pueden intervenir procesos democráticos sin ser desenmascarados.

Hablan de derechos humanos pero desprecian el diálogo. Hablan de defensa del pueblo pero atentan contra la voluntad de ese mismo pueblo cuando no se alinea con sus fines. Hablan de autonomía mientras buscan traer actores externos a tomar decisiones que le corresponden solo a la comunidad universitaria. Esa es la contradicción que hoy debe ser señalada.

Respaldamos la postura clara y firme del rector Danilo Hernández, que ha manifestado que en la Universidad del Atlántico caben la crítica y la protesta, pero no la mentira ni la amenaza. Defender la autonomía no es permitir la anarquía. Gobernabilidad no es opresión. Y participación no es imposición.

La Universidad del Atlántico se construye con ideas, no con gritos. Con respeto, no con odio. Y con verdad, no con montajes.

Hoy más que nunca, toca cerrar filas por la paz universitaria y dejar sin eco las voces que solo buscan caos porque no supieron construir consensos.

Invitamos a toda la comunidad universitaria, a estudiantes, docentes, trabajadores y egresados, a cerrar filas en defensa de esta universidad que hemos construido entre todos: libre, plural, democrática y en paz. No podemos permitir que unos pocos, movidos por intereses oscuros, vengan a destruir lo que nos ha costado años levantar. Es el momento de decirlo claro: en la Universidad del Atlántico el futuro lo decidimos todos, no las minorías ruidosas que solo saben sembrar caos.

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