Por: Jaime Ivan Borrero Samper
Hoy, 10 de octubre, la Universidad del Atlántico escribe una nueva página en su historia. El Consejo Superior se reúne para elegir a quien conducirá los destinos de nuestra alma máter durante los próximos años. No es una decisión menor: está en juego la estabilidad institucional, el avance académico, la consolidación financiera y la proyección nacional e internacional de la universidad más importante del Caribe colombiano.
Hace cuatro años comenzó una senda ascendente bajo el liderazgo del rector Danilo Hernández, una gestión que devolvió la confianza, la credibilidad y el respeto a la institución. Los indicadores financieros se estabilizaron, la acreditación institucional se fortaleció, se impulsó la investigación, se modernizaron los procesos administrativos y, sobre todo, se dignificó la comunidad universitaria.
El pasado 2 de octubre, la comunidad habló con voz clara y contundente: en una consulta democrática y transparente, la mayoría de docentes, estudiantes, egresados y trabajadores manifestaron su respaldo a la continuidad de Danilo Hernández. Ese pronunciamiento constituye un mandato moral y político que el Consejo Superior no puede ignorar.
«La coherencia como deber moral«
Hoy los consejeros tienen una responsabilidad histórica: ser coherentes con la voluntad mayoritaria de la comunidad universitaria y votar por quien legítimamente ganó la consulta: Danilo Hernández.
El representante de los docentes, profesor Wendell Graham Archibold Barrios, debe refrendar con su voto la decisión de las bases académicas que lo eligieron; el de los egresados, Abraham Scholl, escuchar la voz de quienes depositaron en él su confianza; la representante estudiantil, Angely Díaz, atender el mandato inequívoco del estudiantado; y el delegado de las directivas académicas, Miguel Antonio Caro Candeza, honrar la administración que representa, reconociendo el liderazgo que ha guiado con acierto el rumbo institucional.
Sabemos que no defraudarán la confianza de las bases que los eligieron, que comprenderán la trascendencia de este momento y que estarán a la altura de su responsabilidad histórica.
Hoy su voto no es solo un acto administrativo: es una definición ética frente al futuro de nuestra universidad.
Cada voto emitido hoy debe ser un voto por la estabilidad, por la continuidad, por la sensatez. Porque la Universidad del Atlántico no puede volver al caos, a la improvisación ni a las alianzas oscuras que tanto daño le hicieron.
«Cuatro años de resultados y transformaciones»
Bajo la rectoría de Danilo Hernández, la universidad ha experimentado avances concretos:
-Se saneó el déficit financiero y se garantizaron recursos para la inversión social y académica.
-Se fortaleció la planta docente y se impulsó la formación posgradual.
-Se consolidó un clima de gobernabilidad y respeto institucional.
-Se proyectó una universidad moderna, abierta al diálogo, con liderazgo en el Caribe y reconocimiento nacional.
No se trata de un discurso de conveniencia, sino de hechos. La misma evaluación anual del Consejo Superior calificó de manera reiterada su gestión como excelente, reconociendo la seriedad, transparencia y eficacia de su administración. Ser coherentes con esa valoración es también un acto de justicia institucional.
«La voz de los trabajadores»
Desde SINTRADEUA, hemos acompañado con convicción este proceso, no por interés político ni por favoritismo, sino por una razón más profunda: porque creemos en el proyecto de universidad que ha liderado Danilo Hernández.
Una universidad que respeta los derechos laborales, que valora el talento humano, que promueve el bienestar y que entiende que el progreso académico solo es posible en un ambiente de justicia y dignidad.
Hoy, más que nunca, reafirmamos nuestro compromiso con la Universidad del Atlántico, con su estabilidad y su futuro.
Porque defender la continuidad de Danilo Hernández no es defender a un hombre: es defender un proyecto, una visión y una esperanza.
«El llamado final»
A los honorables miembros del Consejo Superior:
Escuchen la voz de su comunidad.
Sean fieles a su conciencia y a la verdad institucional que ustedes mismos han validado durante estos años.
El momento exige grandeza, coherencia y responsabilidad histórica.
La Universidad del Atlántico merece seguir avanzando, no retroceder.
Y solo la continuidad de Danilo Hernández garantiza que esa senda ascendente siga siendo el camino del conocimiento, la justicia y el progreso.