Por Jaime Ivan Borrero Samper
Comunicado del líder estudiantil Javier Hernández
Barranquilla, 2 de noviembre de 2025
«La autonomía universitaria es un principio fundamental que garantiza la libertad de cátedra, investigación y pensamiento, permitiendo que las universidades se gobiernen a sí mismas y desarrollen proyectos académicos sin injerencia externa indebida. Sin embargo, este principio no debe ser un discurso vacío ni un pretexto para convertir a las universidades en fortines políticos y burocráticos como lo quiere hacer el clan Char junto a sus cómplices: el gobernador Eduardo Verano de la Rosa, quien ha dejado solo al estamento estudiantil comportándose como un auténtico traidor al ceder a intereses particulares.
Es preocupante cómo actores políticos, en lugar de fortalecer el carácter autónomo y académico de las universidades, buscan apropiarse de ellas para imponer clientelismo y prácticas familiares que secuestran estas instituciones públicas. Esta desviación desnaturaliza la autonomía y la convierte en herramienta para otros fines.
Rechazamos enfáticamente el uso del discurso de la autonomía para secuestrar la universidad e imponer estructuras que privilegian el nepotismo y el control político. Como líder estudiantil no me quedaré callado frente a estos movimientos descarados que intentan burlar la capacidad crítica del estudiantado de la Universidad del Atlántico.
El pedido de hoy es claro: la renuncia inmediata de Leyton Barrios a la rectoría de la universidad, la renuncia de Angely Cordero a la representación estudiantil, y el llamado al Ministerio de Educación Nacional para que ejerza los mecanismos de presión necesarios que devuelvan la legalidad y la confianza institucional.
#FueraLeytonBarrios
Atentamente,
Javier Hernández
Líder estudiantil»
Análisis: una voz estudiantil que sacude la conciencia universitaria
El comunicado del líder Javier Hernández representa un punto de inflexión en la crisis que vive la Universidad del Atlántico. Es una declaración frontal, valiente y moralmente legítima frente a la captura política que ha intentado imponerse sobre la institución. Lejos de ser un discurso incendiario, es una denuncia con fundamento ético y jurídico, que pone en el centro la verdadera esencia de la autonomía universitaria: la libertad frente al poder, no su sumisión.
1. La autonomía como principio, no como pretexto
Javier desnuda con precisión una verdad que muchos eluden: la autonomía no es excusa para el desorden ni para el dominio político, sino garantía de independencia y pensamiento libre. Su texto denuncia cómo las casas políticas tradicionales han intentado instrumentalizar la universidad para prolongar su hegemonía en el Atlántico.
El señalamiento al gobernador Eduardo Verano y al clan Char no es gratuito: responde a una percepción extendida en la comunidad académica de que la designación de Leyton Barrios fue el resultado de alianzas políticas ajenas al mérito y al respeto institucional.
2. Una ruptura simbólica
El llamado a la renuncia de Angely Cordero simboliza algo más profundo que un reclamo personal: la ruptura de la confianza entre los representantes estudiantiles y sus bases. El comunicado interpreta lo que muchos estudiantes sienten: que fueron traicionados por quienes debían representarlos y que la defensa de la universidad ahora recae directamente sobre la comunidad misma, no sobre sus delegados formales.
3. El discurso que incomoda al poder
El lenguaje de Javier es directo, sin eufemismos. Eso lo hace incómodo para ciertos sectores, pero también auténtico y necesario. En tiempos donde los comunicados suelen diluir la responsabilidad entre todos, este texto nombra con claridad a los responsables del desorden institucional.
Esa claridad narrativa es lo que le da fuerza política al comunicado: no es un documento más, es un acto de dignidad estudiantil que devuelve al movimiento su sentido moral.
4. La nueva generación universitaria
El mensaje también refleja una nueva generación de liderazgo universitario, menos temerosa, más informada y con una comprensión real del papel del Estado. Javier no ataca al Gobierno Nacional; al contrario, lo interpela desde el respeto institucional, pidiéndole que ejerza su función de inspección y vigilancia.
Eso desvirtúa el discurso de ciertos medios , como el reciente editorial de El Heraldo, que buscan presentar las protestas como manipuladas o partidistas. Lo que emerge aquí es una comunidad que sabe distinguir entre intervención legítima y cooptación política.
Conclusión
El comunicado del líder estudiantil Javier Hernández no es un panfleto ni una arenga; es un documento de valor histórico dentro del proceso de defensa de la Universidad del Atlántico.
Encarna la conciencia crítica de una comunidad que se cansó de la manipulación, de los silencios cómplices y de las designaciones amañadas.
Queda claro que el movimiento universitario no busca poder, busca respeto. Respeto a sus normas, a su autonomía, a su historia y, sobre todo, a su gente.
Y en ese contexto, la voz del estudiantado se convierte en la chispa moral que mantiene viva la esperanza de una universidad verdaderamente libre.
